Páginas

8/5/20

Poema de Manuel Duarte



MIRTA, LA PENSADORA

Mirta Rosenvitz era lo que se dice
la pensadora de Paternal. Creía
que lo esencial de pensar no es el pensamiento mismo
sino aquello que lo incita y desde afuera
lo empuja y reverbera. Por eso, como dijo el filósofo
existen los amigos: para pensar. Y Mirta tenía
muchísimos amigos con los que se juntaba
los domingos en su casa en Chorroarín.
Pero como suele suceder, Mirta terminó odiando
lo que más amaba. Probó entonces
practicar actividades que suspendieran el pensamiento.
Jugó al fútbol, a videojuegos; tiró fuegos artificiales
salió a correr y nadó y tejió. Mas todo lo que hacía
no implicaba dejar de pensar, sino un pensar otro.
De manera que una noche de domingo, sentados
sus amigos en su mesa redonda, con una cuchara
Mirta dio unos golpecitos a su copa de vino.
Ningún discurso: dueña de la atención
de todos, le regaló un balazo a cada uno.
Esto tampoco funcionó, y no le quedó otra:
se fue una madrugada a la plaza Eloy Alfaro
y se metió un tiro en la sien. Tuvo sentido.
Mirta solía decir que, ante todo,
ella misma era su mejor amiga. 



HABLA MIRTA ROSENVITZ

Cosa rara
               la muerte: acá
estoy yo

     sin realmente estar.
Algo «hay», como decir:
                                      llueve

nieva: ay. Susurro
     sin voz, vacío 
                           cargado de

no sé qué: hay
sin de verdad nada haber:
      existir

sin lo existente.
     Figúrese: náusea; insomnio.
             Como si ya no siendo
                                
                                  yo aún
fuese. Digo «yo»
y es mentira, o es verdad:
                           
ya muerta
               y sin salida:
tan extrañamente

despierta
              tan increíblemente
                                           viva.


© Manuel Duarte

3 comentarios:

  1. Excelente Manuel !!
    flora levi

    ResponderEliminar
  2. Belkys Sorbellini10 de mayo de 2020, 12:20

    Me impactó el remate. Y después ella, tan increíblemente viva.
    Muy bueno!

    ResponderEliminar


  3. Excelente.

    Un abrazo,

    Alicia Márquez

    ResponderEliminar