Él advierte
la manera de caminar de su abuelo,
siempre un
poco detrás,
como si
quisiera estar solo en compañía.
Cuando el
abuelo ya no esté, me pregunto si lo primero que va a recordarle
es ese
cansancio de medir hasta dónde acercarse.
Cuando el
abuelo ya no esté, me pregunto qué voy a recordar yo,
que sostuvo
sus formas siempre, a pesar de todo.
© Luciana Ravazzani
Tu poema me emocionó. ¿Cómo será volver a caminar con el abuelo? Qué no daríamos por caminar de nuevo aunque más no fuera unos cuantos pasos con él, un poco detrás, acompañándolo?. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarHermoso por la emoción que provoca. Imposible no recordar a mi abuelo. Y la nostalgia lo trae con un deseo de poder caminar a su lado. Hermoso poema.
ResponderEliminarQué bonito eso de poder recordar esos pasos, que sin duda,fueron tan seguros...
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