Poema de Carlos Alberto Roldán
¿Acaso no
tienen consecuencias haber dormido boca arriba o abajo, de costado hacia
alguna de
costado hacia nadie?
¿No tiene
consecuencias nacer morir
ver al
párvulo que de modo incomprensible
se anima a
sonreírnos?
Tomábamos
palabras las golpeábamos
aunque no
hiciéramos que su resplandor fuera el fuego.
dejábamos
que los relojes
araran
nuestra espera en bares en esquinas, en la Plaza de Congreso;
dejábamos
que la noche nos cubriera con su cobijo de frío y propio hueso.
Queríamos
que al pensar en alguien
eso no se
viera como dimensión de hambre o sed o como
descubrimiento
de tierras hondamente desconocidas.
Palabras y
palabras puestas en el sueño
en la
vigilia puestas, al costado o en el centro del camino:
fuimos ese
resto, esa penuria del sueño, esa parte faltante
sin nombre
ni medida.
No puedo
pretender que resultara
sin precio
esta insolencia
de mirarlo
al sol, de mirarla a la noche.
De intentar
mirar algo.
© Carlos Alberto Roldán
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