Poema de Patricio Emilio Torne
FORMACIÓN
POLÍTICA
Mamá dice
que no,
que estas
flores no son para el cementerio,
para eso
están las calas y los crisantemos.
Los
gladiolos y las dalias
son para la
vitrina de los santos.
Ella es
devota de San Antonio
y otras
estampitas e imágenes pequeñas
que lo
acompañan en ese cubo de cristal
iluminado a
velas. Mi papá dice
que el
único santo es Irigoyen, pero don Marcos
un día me
mostró una imagen de Perón y Evita
que sacó
del ropero
diciendo
que el Peludo Irigoyen
era un
cajetilla para tipos como mi padre.
Mamá es
católica pero no va a la iglesia,
no es lugar
para los indios y los brutos, dice
y mi papá
dejó sentado que él era ateo,
que los
curas son peores que Al Capone.
Pero yo sé
bien que no es así,
el Padre
José María es bueno como el pan
y a mí me
gusta ser su monaguillo.
(cosa de
pollerudos, según mi padre).
Aprendí que
hay flores
para el
cementerio, para la vitrina de los santos
y estas de
pétalos carnosos que son dulzonas
que me gusta masticar,
aunque
después viene lo amargo
y que Dios,
Evita, Irigoyen y Perón
tienen
seguidores temerosos
a los que
les falta un templo donde congregarse.
© Patricio Emilio Torne
Etiquetas: Patricio Emilio Torne
4 comentarios:
Hola: un excelente poema, y una declaración de principios muy lúcida, desde la mirada inocente de la infancia.
Lo disfruté mucho
Irene Marks
precioso poema patricio. una infancia tan pura que duele. un placer leerte. releerte. susana zazzetti.
Estupendo!!!
Siempre atento con tu mirada social a nuestras vivencias históricas! Salud! "Bebedor de agua del diamante...". Desde Córdoba, Alfredo Lemon
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