ARTE
TOPIARIO
Mi familia
no fue un árbol,
apenas una
rama
con espinas
disimuladas
en el arte
topiario
que mi
padre
le otorgó
con el
correr del tiempo.
Algunas
flores nacieron
sorteando
los cortes
que imponía
la poda,
pero fueron
marchitándose
sin poder
vencer
los modos
en que ese
cuerpo
escultórico
era
expuesto.
Sus retoños
crecieron
debilitados
por el miedo
a ser
alcanzados por la tijera.
Nunca el
contenido
pudo
superar la forma.
© Patricio Emilio Torne
Leerte es una maravilla
ResponderEliminarQué mensaje doloroso el de entre líneas. En todos lados se cuecen habas.
ResponderEliminarBrillante poema Patricio!!
Bravo!
ResponderEliminarMuy buen cierre de los dos versos finales.Me parece que apelar allí a un vocabulario teórico y casi a una fórmula, es un corte de cuchilla más, no en el tronco sino en el texto. Como si la forma tomara su venganza y como toda venganza, cayera sobre sí misma.Excelente poema, Pato.
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