bajaba el
cielo
en una nube
espesa.
nos
asustaban los truenos.
la orfandad
en las tormentas.
oscuros
filamentos caían
como el
golpe seco de los
insectos
sobre el techo de zinc.
el agua
agujereaba como lanzas
y mi pedido
era en voz baja
la mirada
en el piso:
diosito
mío que el viento se lleve
este
infierno.
esta
tempestad sin dominio.
estas llamas
encendidas en el cuerpo.
© Susana Zazzetti
Precioso poema, Susana. Es tan poderosa esa recreación del miedo. Me ha conmovido.
ResponderEliminarUn poema muy logrado Susana!. Tu obra y tu labor te consolida y respalda. Saludo afectuoso y bendiciones! Alfredo Lemon
ResponderEliminarBello poema, muy sugerente, querida Susana, imagino varias situaciones en esta tempestad sin dominio.Gracias, abrazo grande!!
ResponderEliminarQué fuerte la imagen. Gracias Susana, Abrazo Tere Vaccaro.
ResponderEliminarSusana, la lluvia alegre de tu infancia no esta tormenta eléctrica que te asusta y te enciende y te hace dirigirte al "diosito", único poder para apagar el agua. HERMOSO. abracitos ISABEL LLORCA BOSCO.
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