6/12/19

Poema de Paulina Vinderman


  


Me levanto tan temprano que mis pies sobre el
machimbre del enorme comedor parecen interrumpir
el sueño de todo el hotel.
(No el de Dios; Dios estaba dormido cuando nací
y sólo lo vi despierto una vez en una cumbre de montaña.)
Juego a escribir postales mientras tomo el tercer café.

"No olvides regar mis plantas y esconder del sol
la tarjeta de Utamaro".

"Aquí no hay trenes; no hay estaciones.
La espera está hecha de pedacitos de luna
y una tiniebla que se cuela".

¿Alguna vez escribiré sobre este lugar?
La muerte que creí cercana se distrajo.
Por ahora me extiendo sobre las palabras
(en lugar de atesorarlas como flechas).
Allí descanso, como buena princesa perdida
sin guisante.

© Paulina Vinderman

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Belleza profunda siempre tu logrado decir poético Paulina! Felicitaciones por tu trabajo sostenido a los largo de los años y la obra que has reunido en Alción Editora. Saludo afectuoso Alfredo Lemon desde Córdoba

11 de diciembre de 2019, 10:50  

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