Poema de Paulina Juszko
Alguna vez
tuve
ojos
enormes y penetrantes
- todavía me acuerdo -
ojos
que podían
ver/mirar toda clase de cosas
aun las
lejanas
aun las
angulosas
pero me
perseguiste con luces despiadadas
los asaeteaste
por qué
porque estabas
casi ciego
y ahora
apenas soporto la penumbra
apenas
percibo cerca y redondo.
Alguna vez
tuve
una voz
alta y apasionada
una voz
que no le
temía a nada
que hablaba
o cantaba cuando tenía ganas
pero me
llenaste la boca de comida y bebida
para que la mantuviese cerrada
por qué
porque
eras cobarde
y ahora mi
voz se quebró
apenas se
arriesga a salir.
Alguna vez
tuve
manos
ágiles y sensitivas
manos
hechas para atrapar
que
hubieran logrado levantar el mundo
pero las
sometiste a trabajos viles
por qué
por inhábil por
desmañado
y ahora
estas manos yacen sobre mis rodillas
siento la
parálisis royéndolas blandamente.
Hasta las
cosas que parecen simples:
en la calle
con qué
precisión hay que medir los movimientos
qué
habilidad hay que desplegar
tantos seres
cuerpos que
avanzan hacia el nuestro
de todos lados
al mismo tiempo
otros
lejos
en sitios desconocidos
emprenden
el camino
marchan
también a nuestro encuentro.
Qué bueno
sería dejarse ir
como objetos
como fuerzas ciegas
qué alivio
si permitiésemos que el espanto
nos colmase
si nos detuviéramos en medio
de la calle
si cerrásemos los ojos abandonando
a los otros
el cuidado de evitarnos.
Pero nos mantenemos en guardia
anudados
sobre nuestra angustia
prolongamos
un acecho sin treguas…
ah el magro
triunfo de llegar
a alguna parte
intocado.
© Paulina Juszko
1 comentarios:
Poema potente! emociona y nos dispara múltiples sugerencias. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
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