LA FLOR DE ALGARROBO
En mi lecho
blando, en mi vientre de paloma.
Glauce Baldovín
Me regalaste una flor de algarrobo de
engañoso perfume.
Me diste de comer el fruto amargo y su
sabor oscuro penetró mi cuerpo.
Tu pelo, viento rubio, enmudeció mi boca.
Tus ojos y mis párpados guardaron la memoria
en una membrana ciega
donde todo se olvida.
Pero
defendí, sin embargo, esa flor de algarrobo
en mi lecho blando
en mi
vientre de paloma.
© Leonor Mauvecin
Defender la ilusión, la esperanza, hermosas metáforas. Gracias
ResponderEliminarTan hermosa la poesía de Leonor!!!!
ResponderEliminargrandioso leo el uso del epígrafe. gran poema! un abracito. susana zazzetti.
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ResponderEliminarEs lo que vale la pena defender.
Gracias por tan bello poema.
Un abrazo,
Alicia Márquez
HERMOSO LEONOR!
ResponderEliminarsaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Siempre brilla tu alma en el poema, es el espejo de una vida feliz, armoniosa. Placer leerte siempre!!
ResponderEliminarQué hermosa defensa de lo bello.
ResponderEliminarVerónica M. Capellino