Muñones
Los tendones contraídos
ya no puede
abrir sus palmas
y sólo guarda
un mapa de arena
en los médanos del tacto.
Nómada en su desierto
la memoria que defiende
es una huella de viento
un ademán inacabado
en el calabozo del puño.
La vejez le cava los gestos
justamente ahora
que le sobra ocio
para arrullar a los nietos.
Sus manos son vísceras
de humo frío
caricia tiesa
de colibríes confinados.
© Claudia Tejeda
Doloroso y real poema, palabras bellas para ese final de tiempo.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Claudia! gestora de cultura desde Alta Gracia, el interior del interior !!
ResponderEliminarCon contornos minuciosos tu poema dibuja lo que traen los altos años, las pérdidas, la inmovilidad. Dura belleza. Abrazo grande!. Alfredo Lemon
Conmueve tu poema Claudia querida, duele esa realidad
ResponderEliminarMaravillosa la poesía de Claudia.
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ResponderEliminarPreciosa, qué le voy a decir, si adoro tu poesía. Un beso amiga.
Lily Chavez
Gracias Maestra!
ResponderEliminarNunca apagas la ternura en tus poemas, siempre está presente, hasta en éste donde lo real lo transformas en poesía.
ResponderEliminarAy, dulce Claudia...que imagenes commovedoras!!
ResponderEliminarDulce y triste, el impacto preciso...
abrazo, Claudia!
ay, me olvide de firmar!!
ResponderEliminarCecilia O.
despistada como siempre!
Claudia, siempre con ternura, hasta para hablar de hondas tristezas. Beso grande!!
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