27/7/19

Poema de Norberto Barleand



Deuda

Al amor le debo todo        y no puedo enamorarme
Compartir la brisa,   la primavera azul ,
Espejos vacíos, imágenes  que reposan
                 en  linternas opacas del olvido.
Al amor le debo todo   y no puedo enamorarme
Tal vez,  la solitaria membrana de los días,
 el árbol que regué en los diluvios  con la  voz  sutil de la inclemencia.
Las  sábanas en sus blancas rutinas reclaman
el susurro de algún beso, una lágrima,
un labio en los brazos de la almohada.
Al amor le debo:
Una luz en la tibieza del otoño,
la caricia de mi madre en la nostalgia,
y    aquella   casa con  atajos  de ausencia.
Al amor le debo los amigos,   libre canto del perfume y de las flores
los que siguen en la ruta del delirio  o se fueron con  violines de  viento,
sin un saludo, con un adiós de luto que obtura la sangre.
Los sigo amando  desde el arroyo de sus ojos mansos.
Amo a mis hijos,    a los hijos de otros padres.
Al amor le debo todo     y no puedo enamorarme.
Pasiones y tumultos  fueron sembrando
de brotes  y cuestas el camino donde    encallan
los últimos refugios de  la vida.
Que de tanto amor que debo.
                            No puedo  enamorarme .

© Norberto Barleand

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

seguro que entre tanto tumulto está ahí cerca. miralo. susana zazzetti.

27 de julio de 2019, 16:51  
Anonymous BEATRIZ MINICHILLO ha dicho...

Muy buen poema, Norbwrto

27 de julio de 2019, 16:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Norberto: Un poema que emociona con ese "al amor le debo todo/y no puedo enamorarme", que va marcando un ritmo interno, no sólo en la forma sino en lo evocado desde el corazón (los amigos,la casa,los hijos). Y ese gran final donde se juega con la palabra "debo" nuevamente, y pese al no enamoramiento entendemos que sí, que todo lo dicho anteriormente es enamoramiento aunque no se lo reconozca como tal. Muy buen poema Irene Marks

29 de julio de 2019, 11:38  
Anonymous Anónimo ha dicho...

es muy extraño ese modo de afirmar lo contrario, de jugar a lo imposible.
muy bien, a eso llamo yo oficio.
walter Mondragón
gracias Norberto

18 de agosto de 2019, 19:56  

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