Balidos
Balaban las madres
bajo los nubarrones de la víspera,
dóciles, fáciles de guiar. También
yo entré al corral. Ellas desconcertadas,
él con su ojo de águila. Lo vi manotear
a tontas y a locas. Le tocó a la cara
mocha, con algo de corriedale.
Un manotazo al cuero, a la enrulada
lana un manotazo. Después fue
atarle nomás las patas y colgarla
para que desangre. Prepará el mate,
dijo, y yo me distraje para no verla
cabeza abajo, la sangre en tierra,
la baba colgando, los perros
disputándose las tripas, bajo
el agudo balido de las madres.
© María Teresa
Andruetto
Impactantes imágenes!!
ResponderEliminarFlora levi
Impactante poema, remueve vísceras y piel. Duele.
ResponderEliminarOh, qué doloroso!! Y tan bien logrado ese dolor.
ResponderEliminarCariños
Juany Rojas
Hola María Teresa: terrible poema, me dolió muchisimo, sobre todo porque así pasa, así matan a los animales y lo hacen con crueldad e indiferencia.También el poema es altamente simbólico cuando habla del "balido de las madres", y puede obviamente traspasarse a lo humano.
ResponderEliminarUn poema denuncia que duele, duele. Por un mundo sin crueldades, sin asesinatos de personas y animales. Me sigue doliendo este poema y me dolerá para siempre
Irene Marks
¡Maestra!¿Qué más? Griselda Rulfo
ResponderEliminarSolo se puede denunciar la violencia sin caer en la violencia cuando lo poético trabaja. Y en este poema sin duda lo poético anda, trabaja. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarPoemazo, María Teresa Andruetto, gracias por tu palabra.
ResponderEliminarTerrible. Justo. Bello. "Terrible es todo ángel" decía Rilke.
ResponderEliminarVerónica M. Capellino
Un poema cruel donde la verdad golpea con fuerza ante el sufrimiento de los animales. Muy logrado.
ResponderEliminarAna Romano.