Tantas formas de alejarnos del suelo
II
Que las zapatillas no resbalen sobre la
corteza,
que brazos y piernas puedan con mi peso
para pasar las raíces enormes,
la primera parte del tronco,
la rama más baja,
la siguiente, otra.
Detenerme,
rodeándola con las dos piernas
sin mirar hacia abajo,
acompañada por el ritmo de las hojas
y el sol contra mi frente.
Escuchar lo que el viento anticipa
en medio de la tarde
mientras las nubes cubren el celeste
y se transforman
en extraños regalos del cielo.
© Valeria Cervero
¡Qué hermoso! Me recuerda a la infancia, ese trepar por los árboles que es como una comunión con el Universo, lo más cercano al vuelo.¡"Escuchar lo que el viento anticipa/en medio de la tarde"! Hermosísimo. Me llevó a mi niñez
ResponderEliminarHermosa descripción, paso a paso alcanzar la cima del árbol.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
SENTÍ ESE ARBOL MIENTRAS EL POEMA TREPABA Y ESCUCHABA AL VIENTO .Bello
ResponderEliminarhermoso poema, gracias
ResponderEliminarPatricia Corrales