JITANJÁFORA
No sin vos, nada es, sé, fue, sos, ser,
res, serán
aljibe seco o estanco el pentagrama
chorrea limón en la herida escarlata
o pudre la soga que levanta el cuenco.
Puro paréntesis de ceros, placebos,
textos muertos de escenas mal actuadas,
la garganta estéril del sordo abandonado
la olorosa alfombra del pelo sin techo.
Qué me importa si ante el espejismo
se moja la entrepierna. Qué me importa
si al mirar hacia el fondo, me explota en
la cara
el reflejo aceitoso de tu verso viejo.
Qué me importa, al final de cada palabra,
respirar o morir. En la humareda
se confunde el aire con el viento
y entre los dos, no cabe más
que un ojo ciego. Ciego de voz.
Ciego de mí. De vos y de sed.
A tu salud, vacuidad, a tu plena
e indigesta salud. Mierda de pozo
sin fin. Y sin fondo.
Y con sin. Y sin con. Y condón.
Con don de escupir.
Sin es de estupor.
© Silvina Vuckovic
¡Ooooh vaya sorpresa, Gusss! Me pongo a leer los poemas de todos, por el enlace que compartió Sandra y encuentro este mí. Seguramente me llegó el mail pero justo no lo abrí. ¡Muchas gracias, siempre! Abrazo grande
ResponderEliminarMe encantó!!
ResponderEliminarBesosss
La jitanjánfora de la furia. Jugar con palabra y furia. Y que explote, fuerte y hondo, el poema.
ResponderEliminarVerónica M. Capellino
Muchas gracias, Mónica y Verónica, por sus lecturas y sus devoluciones. Las abrazo fuerte.
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