para qué insistir sobre el clavo
que no
intenta sostener ideales ni sospechosos
argumentos
bajo la manga mugrienta,
si la misma precariedad se asume antes de
masticar
lo guardado por años entre las muelas
ocultando
esa piel que sobra, y sin embargo
el conteo en la práctica llega a concentrar
en el golpe de aire contra la pared
algunas gotas, que no son de agua
confirmé luego
el sabor,
una muestra entre el resto
disimulando en la repetición el sinsentido
la conmoción
y los huesos blanquísimos
al tacto,
¿sonará algún ritmo particular
novedoso
cuando la cabeza ruede
boca abajo?
o el simulador comprende más
de supervivencia
en el tamizador
al final,
alguien siempre termina perdido,
y quién sigue
el rastro
en la superficie, ese hedor
que no rota
ni posterga el andamiaje que hará de
paragolpes
de primera mano,
una prótesis
otra
más
y se confunde
el paisaje con la luz de fondo
de frente
y por adentro,
a escala
si bien todo es impreciso desde arriba
una cortina de humo
enmascara las manchas en el suelo
© Anna Pinotti
Gracias Gustavo Tisocco por la publicación! 😊
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