MATORRAL DE LILAS
Él deshace las horas de mi pelo
con sus dedos de brujo.
Inventa estrellas y palomas
e ignora lo efímero de las estaciones.
Le pone otro fragor a mis firmezas.
Clepsidra que consume en lágrimas
el agua de su era.
Él es dos veces él y sin embargo
nunca sé cuál es el que me ama.
Ese extraño sigilo
que habita la cama
o el matorral de lilas
florecido
guitarra.
Me enamoré de ambos
del desconocido, nebuloso, infrecuente
y del hombre que tiene la boca en el otoño.
Los dos llevan en el pecho
un niño perdido.
© Marta Elena Guzmán
¡ qué poema, marta!!! altura estética, profundidad de sentimiento y ese rey a tu lado, feliz de saberse el centro! los abrazo, los quiero!! susana zazzetti.
ResponderEliminar¡Bravísimo! Perfecto. El niño agradecido, por cierto.
ResponderEliminarHola Marta: un poema donde el enamoramiento y su magia nos van enredando, con ése "El es dos veces él" para también acrecentar el misterio y finalmente, seducirnos con la ternura de "un niño perdido". Lo disfruté mucho
ResponderEliminarIrene Marks
una genia!
ResponderEliminarprecioso!
gracias
claudia
Muy buen poema con imágenes que sorprenden.
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano.