7/9/18

Poema de Gabriela Yocco



habito una casa marina en la lumbre del viento
una casa con ventanas naranjas y sol en el ocaso
una casa parecida al universo que se mece en la infancia
mi casa llena de rincones con olor a lluvia con fotos que envejecen por mí
mi casa enredadera detenida en el humus de la siembra

antes de habitar ésta mi casa de agua anduve por el mundo
llevaba un equipaje ligero como si fuese yo pájaro y me bastara el canto
llevaba una herida en las dos manos y había aprendido a descifrar
el idioma lejano de los trenes
había aprendido también a coser noche con noche para hacer
mantas largas y profundas
y cubrir todas las tardes de todos los veranos aquellos

aprendí a trepar balcones y a entrar en otras casas
desoladas  / frías
tanteando cada cuarto y cada cama ajena tal quien sueña un paraíso
supe tallar uno por uno los signos de mi alfabeto precario
sólo para poder decir lejos  ausencia o frío

aprendí a comer callada y a bañarme a oscuras
como se lava el cuerpo silencioso de los muertos

aprendí a olvidar

ahora habito una casa de agua
y siempre espero que un golpe de esos fatales del viento o del destino
me arroje sobre la arena / castillo que el capricho de un niño
deja abandonado en la orilla

© Gabriela Yocco

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8 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

realmente es un poema fantástico. susana zazzetti

8 de septiembre de 2018, 10:47  
Blogger Adriana ha dicho...

Poema extraordinario, en el total sentido de esa palabra: 'fuera de lo ordinario', 'distinguido?, 'excepcional'. Me encantó desde el primer verso hasta el final. Sos una gran poeta. Gracias. Un abrazo. Adriana Maggio (Dirbi)

8 de septiembre de 2018, 22:07  
Blogger mariel monente ha dicho...

Gracias Gaby por abrirnos tu casa/Castillo donde tenernos a la vera de tu voz. Poesía es.

10 de septiembre de 2018, 11:19  
Blogger Silvina Anguinetti ha dicho...

hermoso!!!

10 de septiembre de 2018, 18:13  
Blogger irepoesia@gmail.com ha dicho...

Hola Gabriela: Tu casa marina es maravillosa, tu poesía nos lleva, nos sacude, nos inunda como un océano de imágenes que sin embargo son precisas. No hay una palabra de más.
El ritmo, el fluir del agua se interrumpe al final al referirse a los temores y expectativas que pueden provenir del destino. Excelente
Irene Marks

16 de septiembre de 2018, 12:53  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Excelente tu poema Gabriela ¡¡¡ Ma Ra Ví llo So !!!

Marta Rosa Brignolo

19 de septiembre de 2018, 0:40  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Excelente tu poema Gabriela ¡¡¡ Ma Ra Ví llo So !!!

Marta Rosa Brignolo

19 de septiembre de 2018, 0:41  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Resulto muy bonito leerlo, bien llevado y con carga en cada palabra, cada frase. Una pieza literaria que envuelve y atrapa. Abrazo Gabriela

Cristian Jesus Gentile

1 de octubre de 2018, 16:00  

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