Texto de Vanesa Almada Noguerón
La lluvia
no pudo hacer nada
Yo vengo
sospechando que en alguna parte de este cuarto se guardan los excesos de
coincidencias, [se guardan] las representaciones sensoriales carentes de
rótulos, de credenciales, de marcas axiomáticas aparentes, de vos, de mí, de
pronombres. Estuve de rodillas en un campo minado. Estuve de rodillas en un
campo de abonanzado apocalipsis. Estuve de rodillas en un campo virgen,
absuelto de todos nuestros crímenes. Estuve de rodillas en la única fracción
suspendida de un territorio en llamas. Estuve de rodillas. Y la lluvia no pudo
hacer nada para erradicar el polvo de los vidrios. No pudo hacer nada para
limpiar la escena (tan dantesca escena, tan funcional a lo sentido). La lluvia
no pudo hacer nada para amortiguar esa exactitud verbal con que insistimos en describir
lo poco que sabíamos de nuestra herencia simbiótica, lo poco que entendíamos.
Yo vengo sospechando que este cuarto es una mesa polifónica de disección de
incalculable longitud, sin bienes ni males mobiliarios y sin luz natural. Esta
sospecha vino a contaminar todo. A confirmarnos la existencia esencial de ese
todo que por supuesto ya presentíamos incompleto. Afuera llueve. Una figura
imprecisa de piedra está sentada en el borde de esta misma calle. Debajo
está mi nombre.
© Vanesa Almada
www.almadanogueron.blogspot.Etiquetas: Vanesa Almada Noguerón
2 comentarios:
El clima de este poema es sobrecogedor. Muy logrado. "La lluvia no pudo hacer nada" repetido nos sumerge en un universo "mesa polifónica de disección de incalculabe longitud". El final con esa "figura imprecisa de piedra" es la rotunda confirmación de nuestros temores.
Amo este poema narrativo
Irene Marks
Impactante! Me encantó. Gran final.
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