ZELDA
No entendí si fue París o un sueño
pero me acuerdo
cuando te vi por primera vez
y me tomaste y dejamos atrás, para siempre
mi casa, el Estado de Alabama
-¿Y qué más puede pedir una bailarina? me
preguntaste,
mientras sonreías y yo volaba
directo hacia tus brazos
con una copa de champagne en la mano
riéndome, como una abeja desaforada.
Mientras brindábamos, levantaba la vista
y veía nuestra araña francesa iluminando
toda la sala, con sus caireles de cristal
y la confundía con el cielo estrellado
o con las luces de la ciudad
la última semana del año. ¿La crítica?
Por favor Scott no sigas diciendo pavadas
si fuiste mi único lector, el único que
entendió
que mi cuerpo fue mi escritura
mi obra reunida
la historia de una fiesta.
© Patricio Foglia
Sí que me parece muy bien trabajado este texto.
ResponderEliminarR.
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