Lluvia en el Beagle
Un, dos, tres....antes que cuente hasta diez
llegará la lluvia.
Las velas del Mago, hace un minuto,
como navajas inclinadas a sotavento,
rasgaron el frente de tormenta y se perdieron,
antes de desaparecer, el capitán con traje de agua.
le tomaba manos de rizo a la mayor.
Primero fue un fantasma gris deshilachándose,
pero también se esfumó
el multifacetico lienzo de Navarino
que cuelga a diario de mi ventanal,
solo la antorcha del notro en flor
se mantiene encendida,
y mancha con con cierto desgano el gris de la lluvia.
Pienso en Thomas Merton,
en su lluvia y su rinoceronte,
también me llega el sonido que acompañó edades geológicas,
ahora, golpeando un joven tambor de cinc.
Me dejo estar... recuesto la cabeza en gotas viejas,
que al llamado de mamá
le arriaban barriletes a la tarde,
Afuera el bosque se lava la cara
con un austral sin fuegos de artificio,
y con un jabón de aroma a Beagle
guardando para el sol la melodía de los trinos.
© Quico Rua
Bienvenido Quico a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicado. Abz, Gus.
ResponderEliminarBienvenido, Quico, profundo tu poema, un gusto leerte.
ResponderEliminar<<un abrazo.
Betty
"...el bosque se lava la cara..." Genial. Felicitaciones. Carlos Morteo
ResponderEliminarQué bueno Quico, leerte aquí y deleitarnos con esta lluvia de Beagle! Saludos poeta !
ResponderEliminarbienvenido Quico!
ResponderEliminargracias por empaparnos de lluvia austral!
es un placer leerte!
abrazo
claudia
Un bellísimo cuadro pintado con palabras: eso es tu poea, Quico. Felicitaciones y un gran abrazo de bienvenida
ResponderEliminarMaría Rosa León
Bienvenido y gracias, poeta
ResponderEliminarHermoso poema Quico, mucha luz y bienaventuranza
ResponderEliminarUn beso
Graciela Licciardi