El día del
verano
Y así es
éste es el día de ahora
transcurre todo bajo una cúpula hermética y sin pájaros
los días que pasaron
tan ajenos parecen porque fueron del viento y de la nieve
posible
ahora
la ciudad se descubre desnuda entre los hierros
tan impropia y desnuda
se le ven sus metales, sus alforjas exhaustas
los aguas sorprendidas para fuegos tan nuevos
para un altar alzado y soberbio que hoy estalla
todo va sucediendo con esa desmesura
propia de una abstracción del trópico que aún no conocíamos
y de pronto nos sentimos rehenes con una piedra al cuello
prisioneros a los que nadie les enseñó a escapar
y ay, cómo quisiéramos volvernos hombres lobos y acechar en
los bosques
o en la sabana ser el rey
o también, por qué no
un diminuto insecto con todo el aire verde en torno
o alguna hoja increíble
de un lustre tan brillante como el sol
pero aquello pertenece a un olvido que nunca ha sido el
nuestro
a la antigua manada que hace mucho se ha ido
que nos ha abandonado bajo el cielo metálico
todo transcurre ahora en esta nueva selva de elementos
fallidos
que podrían un día derretirse sin más ni más bajo la cúpula
radiante
© Raquel Jaduszliwer
Hola Raquel: un poema de magnífica denuncia a la muerte de todo lo natural en las ciudades, a la creciente artificialidad de la vida. Y una infinita nostalgia de los tiempos en que todavía reinaba la naturaleza, el verde, la limpieza del aire. Excelente Irene Marks
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ResponderEliminarTremendo poema, Raquel. Doloroso.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Magnífico poema, Raquel, del que pueden hacerse múltiples interpretaciones dada la riqueza de su contenido y estructura, Abrazo grande, Inés.
ResponderEliminarRaquel es tan placentero leer tu poesía, este poema es inquietante y bello: La selva que construimos para salvarnos nos enjaula...ay!
ResponderEliminarRaquel, poeta que vive e imagina. Arrasa el tremendo verano, solamente mineral. A los animales y a las plantas las hemos echado. Hora es de sufrir la radiación. Es la tierra que nos dieron pero la cúpula no nos protege. Así, con cierta exageración, a cierta distancia, nace el poema. Un beso Isabel Llorca Bosco
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