6/8/17

Poema de Gabriel Chávez Casazola




El pie de Eurídice

Piensa un momento en el pie que
como un fruto
–opimo, terso, deleitable–
posa Eurídice en el territorio de la luz

antes de que el abismo la devore
–sombra fundida en otra sombra–
en el momento en que Orfeo osa mirarla.

Piensa ahora en el otro pie de Eurídice.

Aquél que como un fruto oscuro 
el sol no baña sino el agua de Aqueronte.

En el pie que mordiera la serpiente,
el que se queda atrás y que la arrastra.

El pie mortal.

Acaso la poesía es una Eurídice
tendida como un arco
entre las zonas de la luz y de la sombra
que están dentro de Orfeo.

(Ocurre, breve, cuando el poeta osa mirarla
–verse–
a los ojos
y porque la mira
deja de estar).


Tal vez muchas otras cosas son eurídices:
nosotros, entre la sabiduría y el deseo,
la memoria y el olvido,
el adentro y el afuera,
o todo lo que existe
entre las reminiscencias del Ser y del no Ser.



© Gabriel Chávez Casazola

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

muy bello, muy bien llevada la historia y ese " tal vez" como pie, también del poema. susana zazzetti

8 de agosto de 2017, 10:00  
Anonymous Pauli ha dicho...

Hermoso poema: plástico y profundo.

9 de agosto de 2017, 11:44  
Blogger Mónica Angelino ha dicho...

Has llevado la mitología a un plano del " tal vez", muy profundo!

Besosss

12 de agosto de 2017, 11:16  

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