25/3/17

Poema de Paulina Vinderman

  

Las casas son bajas en Ciruelo.
La calle principal tiene dos cuadras custodiadas
por palmeras desparejas: poemas anhelos hacia el sol.
Y es el sol el verdadero alcalde en Ciruelo, el habitante principal.
Cuando tropezamos con las sombras que él fabrica
 podemos creerlo todo: hasta el sueño del sueño
cuando lleguemos al hotel.
Un sueño donde las palabras se detienen.
No nos perseguirán aquellos que no fuimos.
Tampoco los que fuimos.
Entraremos en una noche —esa clase de noche—
que no sabe cantar la musiquita de la infancia.
Una noche muerte, con olor a guayaba y a territorio invadido.



© Paulina Vinderman

8 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy bello y triste a la vez.
Qué no se haga nunca la noche!

25 de marzo de 2017, 16:24  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Soy Marta Rosa, comenté arriba

25 de marzo de 2017, 16:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

toda mi admiración. toda. susana zazzetti.

26 de marzo de 2017, 21:20  
Anonymous Pauli ha dicho...

Bellísimo poema, tocaya.

29 de marzo de 2017, 13:12  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Una noche diferente en Ciruelo.

31 de marzo de 2017, 19:31  
Blogger Teresa Gerez ha dicho...

"-esa clase de noche-" en ese lugar, Ciruelo y la maestría de tu escritura para decirlos.

1 de abril de 2017, 10:50  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Poema de suaves contornos narrativos, pleno de imágenes elocuentes donde el protagonista juega con su poderoso influjo y la poeta mira desde un lugar en el que nos deja participar.
Muy real-maravilloso.

Susana Giraudo

4 de abril de 2017, 10:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Paulina:
Sentí que el poema estaba tan completo en forma y sentimiento. Muy bueno.

25 de abril de 2017, 14:18  

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