10/1/17

Poema de Patricio Foglia




Una vez por semana aparecía mi padre
y me llevaba a algún restaurante. Comíamos
bajo el régimen de la visita carcelaria,
como si hablásemos por micrófonos.
La voz salía entrecortada,
con interferencias.
Ninguno de los dos sabíamos
cómo usar esos aparatos,
y preferíamos el silencio.


© Patricio Foglia

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

bravo,,, alicia pastore

11 de enero de 2017, 8:05  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Padre e hijo homologados ante la imposibilidad. Ambos igualmente huérfanos. Contundente, Patricio. Un abrazo.
Raquel Jaduszliwer

16 de enero de 2017, 1:27  

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