Texto de Osvaldo Burgos
LA ESCENA PRIMORDIAL
Nada hay más frágil que un niño cuando nace. Nada hay más
débil que un viejo cuando muere.
Zeus no concibe fragmentos, ni interrupciones abruptas. Solo
pliegos, señales, traspasos.
Tras las ventanas amarillas de los hospitales, cada noche,
legiones de Sócrates sin escribas miran la cicuta, y no se atreven.
Cada mañana, un Ulises llega a la isla de los lotófagos. Y
después de la odisea del dolor, su madre prorrumpe en una calma que ya no
volverá a tener; pero él no puede verla, todavía.
Entre la mujer que recordamos y la que nos imagina, solo hay
un mismo abrazo suspendido.
Cuando el viejo llegue a ser lo suficientemente niño, se
dispondrá a morir. Cuando el niño sea tan viejo como para nacer, recomenzará el
rito.
En el origen del origen, túmulo, cueva, útero, eran una
misma y única palabra.
Lo que niega la vida no es la muerte; sino el miedo.
© Osvaldo Burgos
1 comentarios:
- Lo que niega la vida no es la muerte, sino el miedo . -
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