Texto de Norma Starke
ELLA SE PEINA
Como un gato lamiendo su pelaje, ella con una mano acaricia
parte de su melena . Con la otra sostiene un peine irregular y desparejo.
Lo arrastra desde el comienzo de la frente hasta el final de los cabellos crecidos a fuerza de
nunca cortarlos. Acomoda el espejo esquivando las manchas de humedad, ordena la
mata haciendo una raya donde equidisten ambas franjas del pelo.
El le ha preguntado algo y ella apenas si hace un gesto
subiendo ambos hombros al mismo tiempo.
Frente al espejo, mira sin mirar. Ubica sobre cada hombro
una cantidad de pelo exactamente igual a la otra, alisa los rulos como alisaría sus pensamientos, sus
recuerdos, estirándolos hasta hacerlos desaparecer.
Recostado contra el marco de la puerta, él la observa
esperando una respuesta. Mira hacia el patio de baldosas, un poco más allá, los
macetones pintados de rojo y blanco piden otra pintura, los malvones
florecen a tientas entre el polvo y los yuyos. Sólo escucha el chasquido del peine de madera
y formas extrañas, sacudiéndose en el aire. Entre los dientes del peine de
formas desparejas la mata enredada de pelo azulino atrapa toda la atención de
ella. Al trasluz la mata enredada entre los dientes del peine de formas
desparejas empareja todo de gris.
La voz ronca y apagada por un mínimo instante.
-ahora no-
Es una respuesta, quizá la extensión de los recuerdos
enredados entre los dientes del peine.
Él acomoda los pantalones de un dudoso azul descolorido,
ajusta el cinturón más abajo del vientre y se dice a sí mismo en silencio:
-Tampoco
mañana -
Todos los días luego de levantarse, luego de enjuagar su
cara una y otra vez con agua fría. Todos los días repite ante el espejo el
mismo ritual. Estira los pensamientos, los recuerdos frente al espejo con un
peine llamado tiempo, estira el cabello negro, lo ata en dos franjas iguales y
simétricas, luego separa cada parte en tres cruzando, entrecruzando hasta
lograr primero una y luego otra trenza. Cada día toma una de las cintas y las
ata entre su pelo. Al final del día, desatará y desanudará lo que la paciencia
y el hábito lograron temprano. Luego más tarde, antes de acostarse lo atará en
una sola cola larga.
Ella se peina. Frente al espejo, mira sin mirar.
© Norma Starke
1 comentarios:
Muy buen texto. La rutina, es trajín que la destaca.
Abrazo
Elisabet
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