4/5/16

Poema de Elena Cabrejas





ESTE AMADO TERRITORIO QUE NO SE ENTREGA                                                  

 “En el horno apagado del silencio
mis frutos maduran.”    
Jacobo Fijman   


Late Latinoamérica
campanario del mundo
en la hora de mostrar nuestras llagas
convocando a los ángeles de la desolación.
Parten buques fantasmas con las cabezas decapitadas
que han de morir mañana.
Una tela de bruma los alcanza hasta el lugar secreto
donde los nombres se olvidan.
El mar escucha con sus caracolas el filoso ir y venir
de cuchillas degolladoras adelgazándose contra la piedra
como fríos peces de metal.
¡Ay! Esta tierra viva que no alcanza a contener tanta muerte.
Aquí los cadáveres son convocados para sepultarse a sí mismos
aquí las manos de los que imploraron cincelan su propia lápida.

Late Latinoamérica
es el tiempo de arrancar la cizaña
en la cuesta fangosa de los desheredados.
Como avaros escondieron los sonidos de tu tierra
en un cofre sellado.
Los piratas codiciaban la sinfonía que entonaban tus pájaros
en la enorme cabellera de la selva que no pudieron alcanzar.
Codiciaban las canciones ahogadas que aún susurran los peces
en el íntimo hogar del coral y las medusas.
En vano te ofrecieron el precio del soborno.
Porque los galopes y resuellos de caballadas intrépidas
sacuden su clamor desde centurias
y los trigales levantan su canto de color
en la extraña cárcel que fundaron para esta raza desesperada.

Ahora todo deberá volverse canción y proclama
 en la antigua gesta del hambre que no termina.
En tu territorio el hombre es una bestia acosada
en la busca continua de la dignidad de ser hombre.
Las víboras han sido diseminadas y persisten con su obstinación
de andar desatando secretas tormentas
que corroen tus raíces.

Late Latinoamérica
desde el mapa del mundo
a pesar del asedio de tus perseguidores.
Nos legaron la noche como la única forma de los días
con la ciega condena pasamos sobre las lenguas del silencio
y los pasos perdidos en la misma derrota.
Hay un olor a ciudad quemada en la piedad de la lluvia
hay un olor a incienso
en el rito de segarnos el rastro de la huída.
Tanto ambicionar nuestro origen, los caminos de piedra y sol
el esplendor del cóndor que los presentía
desde cada hebra de su plumaje.
Tanto clausurarnos el nombre para volver a bautizarnos.
Como esclavos marchamos por los arrozales sedientos
que nos beben la sed
marchamos por los obrajes y las plantaciones
sentenciados a partir sin la cosecha.
Marchamos sobre crecientes devoradas de tierras y de hombres.
Y seguimos hundiéndonos en el temblor de las minas
para incrustar más piedras preciosas en la misma corona
de otro monarca.
Una vez más nos arrebatan las señales
y el laberinto vuelve a cerrarse.
Pero algunas grietas se abren en los terrones más negros
donde tu corazón late desgajado.

Latinoamérica las realidades tienen luz propia
y el portal de las inmolaciones
puede ser una antorcha.
Danza una pesadilla de huesos
frente a los blancos espejos del hambre
mientras arde en los cirios
la voz de los ajusticiados.
Junto al umbral de la locura
un escuadrón de chicos avanza
con los pies desnudos.
-Es el rebaño de los que mueren sin matar.-
Desde otro siglo suenan los tambores en torno a la hoguera
Los malones prosiguen llegando con el remoto ulular de reclamos
como una pantera que despierta de su larga obediencia
para saltar a la cima del último imperio.

Aún los buques fantasmas continúan partiendo
con su monstruosa carga.
Aún la bruma arrastra olor a sepulcros y a nueva simiente.
En el destierro de la noche
      la Cruz del Sur es la única señal.


© Elena Cabrejas

6 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

"Junto al umbral de la locura/un escuadrón de chicos avanza/con los pies desnudos"/ ¡¡ y cómo duele, elena !!una gran marca en el alma tu poema, herida abierta nuestra patria. susana zazzetti.

5 de mayo de 2016, 14:38  
Blogger Unknown ha dicho...

"Hay un olor a ciudad quemada en la piedad de
la lluvia" que maravillosa síntesis en el corazón del poema Elena.
Gracias
Ignacio

7 de mayo de 2016, 18:38  
Blogger Adriana ha dicho...

Hermosas imágenes en este texto que se acerca a la épica. Me hizo recordar el Canto General de Neruda. Calidad expresiva sostenida a lo largo del texto. Un abrazo. Adriana Maggio

8 de mayo de 2016, 14:39  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Escelente trabajo.
Saludos
Anahí Duzevich Bezoz

10 de mayo de 2016, 0:18  
Anonymous Pauli ha dicho...

"las víboras han sido diseminadas y poersisten en su obstinación" , ¡qué bien dicho retratando tanto dolor, tanta rabia! Un abrazo dsde Barcelona.

14 de mayo de 2016, 16:05  
Anonymous MARIA LUISA MARQUEZ ha dicho...

CUANTA AMPLITUD EN UN POEMA, CUANTO PARA EL ALMA MIS SINCERAS "FELITACIONES" ELENA TE QUIERO MUCHO BESOS MARIA LUISA MARQUEZ

19 de mayo de 2016, 19:36  

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