16/4/16

Poema de Beatriz Minichillo


En puntas de pie 

La noche hurga en la tarde
su principio de seres desolados.
Un tul azul envuelve la neblina
de este domingo sin pájaros
apretado en el tiempo.
El otoño susurra
su comienzo vespertino.
La ciudad deglute silencios
mientras la tarde se extingue
sin un solo quejido
en puntas de pie.


© Beatriz Minichillo

8 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Hermoso !Tal vez algunas palabras de rima inmediata dentro de la misma línea distraen un poco. Pero el mensaje y las imágenes están logradísimos.
Susana Giraudo

16 de abril de 2016, 14:24  
Blogger graciela barbero ha dicho...

La quietud y el silencio de los atardeceres domingueros
Un abrazo
Graciela Barbero

16 de abril de 2016, 17:26  
Blogger Unknown ha dicho...

Un poema que describe el atardecer del alma en el otoño de la vida, con sumo cudado, casi en silencio con un excelente final en la última estrofa.
Muy buen poema
Ignacio

16 de abril de 2016, 18:22  
Anonymous Beatriz Minichillo ha dicho...

Gracias a Graciela Barbero e Ignacio Giancaspro por sus apreciaciones. En cuanto a Susana Giraudo, he tomado en cuenta tu comentario que es muy acertado y modifiqué el poema, publicado apenas escrito y sin mayores correcciones que vos de manera tan acertada me hiciste notar.
Podría quedar así (aún es provisorio)

La noche hurga
en este domingo sin pájaros.
El otoño susurra
mientras la tarde se extingue
sin un solo quejido
en puntas de pie.

Gracias por tus indicaciones que me fueron muy útiles

17 de abril de 2016, 14:10  
Blogger Tony ha dicho...

Bien por el poema y por lo que transmite. Un abrazo. Antonio.

19 de abril de 2016, 20:49  
Blogger Amalia Mercedes Abaria ha dicho...

Hermoso poema Betty, propio de un alma como la tuya que puede captar esa tristeza esa desolación de un tardecer de un domingo otoñal..
Un beso! Amalia M.Abaria

20 de abril de 2016, 8:40  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Imágenes de desolación. silencios o muy leves sonidos entrelazan dos tiempos, el de la tarde declinante, con otros dos inicios: el de la noche "hurgando su principio" y el del otoño que "susurra". La ciudad entretanto en un gesto indiferente cumple funciones más orgánicas: ella "deglute" el silencio en que se extingue la belleza. Bello poema y bella la imagen neblinosa y "sin pájaros que ha sabido hallar nuestro poeta anfitrión. Abrazos de Elena S. Eyheremendy

24 de abril de 2016, 15:34  
Anonymous Beatriz ha dicho...

Gracias a todos por sus comentarios

30 de abril de 2016, 16:05  

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