IRONÍA
“Sean eternos los laureles/que supimos conseguir”
Elegí la mortalidad
no los laureles
se los dejé a Dafné
que escapaba de los dioses...
Yo me dejé alcanzar
y con una vuelta de llave
fui valija, tren, aeropuerto
trébol de cuatro hojas
Otra vuelta de otra llave
me descendió al reino animal
Y fui lujuria
Puro dolor/sangre
Después me evaporé
y fui nube
Pronto devine tormenta
relámpago, truenos
Un rayo me devolvió al suelo
en cenizas
justo cuando me estiraba en árbol
Finalmente me volví tinta
tinta tinta tinta tinta
para escribirme mejor
y escapar del juego de los dioses
y convertirme – aunque más no sea-
en una hojita una ramita
de laurel
© Teresa Gerez
El mito de Dafne sigue fructificando.
ResponderEliminarBueno, Teresa. Impresiona huir de los dioses y quedarse con la muerte. Y ser ramita. Modesta corona para el que corre por las cumbres del Parnaso. La flor natural, Teresa, que es lo más bello.Un gran beso Isabel llorca bosco
ResponderEliminarMe encantó cuando lo leímos en el taller, y ahora me vuelve a encantar.
Un abrazo grandote.
Alicia Márquez
Bello poema, me deja pensando, además.
ResponderEliminarhermoso, me encantó! francisco
ResponderEliminarBueno, sobre todo la última estrofa.
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