En algún lugar, ella sonríe
mientras la otra llora en una esquina
La alegría de sus ojos
son la tristeza de otros párpados
El péndulo juega imparcial
su mecánica celeste
mientras una goza de suspiros,
la otra gime de suplicios
Cada una en el extremo
ignoran la antítesis, el dilema, el contraste
del equilibrio universal
de los polos opuestos
Ignoran, de aquel dios invisible
que al mismo tiempo gratifica y escarmienta.
© Aníbal Silvero
Interesante, da a múltiples interpretaciones esa antítesis. Abrazo
ResponderEliminarRomina R Silva
Muy bien pintado el contraste entre las dos, cada una en su polo, ignorantes "de aquel dios invisible". Genial.
ResponderEliminarHermosa ambigüedad.
ResponderEliminarme gusta lo abierto del poema y el poema! gracias por compartirlo, francisco
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