Páginas

19/1/16

Poema de Susana Szwarc


El aire se deja sentir

Gritan, se desgañitan.
Si lloran se ensanchan los pulmones
y la risa sale –de ahí –mejor.

¿Tiene lengua la calavera?
¿Están crudos los muertos?
¿Y el espectro?, dice el Sepulturero.

(Parecen pequeños, todavía más de lo que son,
y eso es por desnutridos.
La diminuta Ofelia se ahoga
en una palangana. Así su escenografía.
Actores que hacen de actores
nos confunden más.)

Hamlet, el que va y viene dudando,
más loco que el loco Borda que camina de
Aviá Teray a Corzuela a Makallé a
Pampa del Infierno, donde quedamos.

También el público grita, se desgañita:
Hamlet no tomes la mano del jefe.
Borda no tomes ese vino aguado.
         No soy el Loco, soy Laertes
         y en esta Pampa del Infierno alguien
         nos envenena.
Traición! Traición!

Vuelan cadáveres, gallos. Preguntan:
¿hubiese sido él un gran patrón?
Espectadores, espectros, ríen, aplauden, silban.
Mientras otro loco murmura: ¿tantas
 víctimas entre copetudos?
 Mientras el público insiste: ¿qué
  bélico rumor es ése? ¿Cómo llegan
  hasta aquí estos tambores?

Y Hamlet, dirigiendo la mirada:
mi buen amigo, ¿cuidarás que los cómicos
duerman y coman bien? ¿Oíste?
         porque ellos son el compendio, la breve
         crónica de los tiempos.


© Susana Szwarc

3 comentarios:

  1. me encantó y sobretodo el remate... ese final que envuelve lo tragicómico... la vida que pasa como un tren y nadie lo toma... en fin... me encantó!!! gracias por compartirlo, francisco

    ResponderEliminar
  2. ¡Muy buen poema, me gustó mucho, gracias por compartir!!

    ResponderEliminar
  3. Entrañable este Hamlet en versión pueblerina. Gracias!!!
    Raquel Jaduszliwer

    ResponderEliminar