Poema de Silvia Rodríguez Ares
Herencia
Mi madre dice
que ahora soy la madre.
Dejó las cacerolas apiladas
y se fue a jugar.
Es un juego tonto,
pienso.
La cocina a oscuras
cacerolas sucias
la sangre con olor a lavandina
y el agua hirviente de mis ojos
sobre las manos.
© Silvia Rodríguez Ares
Foto enviada por la autora
Etiquetas: Silvia Rodríguez Ares
10 comentarios:
Poema inquietante, transido de dolor e incertidumbre (y una pizca de dulzura).Me gustó.
Claudio Simiz
Y aí, es un juego tonto el final, pero nadie escapa de el, entonces las lágrimas queman
Ignacio
Un poema que duele, muestra la realidad
de hoy.
Sin dejar de advertir la belleza del sentir.
Un abrazo
Wuauuuu Silvia, me encantó el poema!!!
Lily Chavez
Silvia:
Impresionante tu poema! cotidiano y poético. Me llegan profundamente siempre tus palabras. Gracias por compartir este poema! Abrazo
El dolor que nos abandona en la ausencia. Bello poema.
jorge pablo moreno.
la vida en su línea filosa Me encantó Silvia!
Hermoso poema que muestra cuanto puede pesar la carga y también la vida, pareciendo plano el pensamiento.
La vida es una rueda y a veces duele.
Muy bello. Un abrazo
Graciela N Barbero
La realidad del hoy, repartida entre la claridad y la sombra. Abrazo en luz. Mary Acosta
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