23/5/15

Poema de Silvia Rodríguez Ares



Herencia 

Mi madre dice
que ahora soy la madre.

Dejó las cacerolas apiladas
y se fue a jugar.

Es un juego tonto,
pienso.

La cocina a oscuras
cacerolas sucias
la sangre con olor a lavandina
y el agua hirviente de mis ojos
sobre las manos.


© Silvia Rodríguez Ares

Foto enviada por la autora

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10 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Poema inquietante, transido de dolor e incertidumbre (y una pizca de dulzura).Me gustó.

Claudio Simiz

23 de mayo de 2015, 17:07  
Blogger Unknown ha dicho...

Y aí, es un juego tonto el final, pero nadie escapa de el, entonces las lágrimas queman

Ignacio

23 de mayo de 2015, 19:13  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Un poema que duele, muestra la realidad
de hoy.
Sin dejar de advertir la belleza del sentir.
Un abrazo

23 de mayo de 2015, 20:48  
Blogger Liliana ha dicho...


Wuauuuu Silvia, me encantó el poema!!!

Lily Chavez

24 de mayo de 2015, 8:03  
Anonymous Ivana Szac ha dicho...

Silvia:
Impresionante tu poema! cotidiano y poético. Me llegan profundamente siempre tus palabras. Gracias por compartir este poema! Abrazo

24 de mayo de 2015, 14:33  
Anonymous jorgepàblomoreno. ha dicho...

El dolor que nos abandona en la ausencia. Bello poema.


jorge pablo moreno.

25 de mayo de 2015, 5:13  
Anonymous Milagros Rodríguez ha dicho...

la vida en su línea filosa Me encantó Silvia!

26 de mayo de 2015, 9:57  
Blogger María Sonia Quevedo Hoyos ha dicho...

Hermoso poema que muestra cuanto puede pesar la carga y también la vida, pareciendo plano el pensamiento.

26 de mayo de 2015, 20:08  
Blogger graciela barbero ha dicho...

La vida es una rueda y a veces duele.
Muy bello. Un abrazo
Graciela N Barbero

28 de mayo de 2015, 19:21  
Anonymous Anónimo ha dicho...

La realidad del hoy, repartida entre la claridad y la sombra. Abrazo en luz. Mary Acosta

2 de junio de 2015, 21:55  

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