16/7/14

Prosa de Sonia Quevedo

  
RETOMANDO 

Haciendo alto en el camino y en éxtasis profundo, luz y sombra proyectadas se  reclinan sobre las verdes hojas después de la llovizna; y las avecillas, alegres baten alas al despedir la tarde con su trino. 
Retorna el silencio a la quebrada, la carga de piedra arrastrada desde Terrón Colorado  la pasada noche, ya no existe; débil brizna gimotea por los perdidos amores, y en un acto súbito, abrense los bazos esperando recibirlos. 
Bellos encuentros propician los sonidos y las aves, que de norte a sur, viajan cargando la palabra reposada, seductora y tierna, hasta envolver,  poro por poro a la  palpitante piel apasionada. 
Esta dulce sensación no es vergüenza, menos aún, cuando entre fauna y flora y en complicidad perfecta, se describe lo más íntimo del hombre qué, extasiado, ante el arrobo crece; por ello, el  follaje y el batir de alas entre luz y sombra al llegar la lluvia,  entre caricias y en éxtasis profundo, duerme.


© Sonia Quevedo

Etiquetas:

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

gran vitalidad en este poema de luz y sombra...

Elisa Dejistani

1 de agosto de 2014, 21:02  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio