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8/6/14

Prosa de Sonia Quevedo

  
LO QUE FUE 

Resecos los labios al unirse sin presión entregan sin reparo lo que fuera un  beso; el suspiro lento y la caricia; lo vivido. 
Lejanos los ojos sin mirar se han perdido en el cosmos, fijando en él la última visión imaginada. 
Inexpresivo el cuerpo suelto siente el sublime abrazo de la nada; el roce de la niebla, el resbalar de la escarcha y la tristeza.  
Caen en desorden los cabellos sueltos movidos por el viento, recorriendo espalda y hombros a medida qué, se avanza por imaginarios caminos entre llano, mar y páramo. 
La vida sin remedio ha capturado a los recuerdos; ha retomado los abrazos idos y los húmedos labios. 
Por eso ahora, los resecos labios unidos sin presión ya nada sienten, y los ojos fijos  en el horizonte lejano, sin parpadear, se despiden sin lágrimas renunciando al deseo.  
Y como testigos mudos de un amor vivido intensamente y sin palabras, con dolor y desgarros en el alma, han entregado cuerpo y alma el postrer suspiro, las caricias y la última visión imaginada. 



© Sonia Quevedo

2 comentarios:

  1. Hola Sonia, tu texto poético tiene un ritmo interno maravilloso. Además vuelo y lirismo. Me encantó.

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  2. David Sorbille dijo...
    Estimada Sonia: tu poema impacta, conmueve! Te felicito. Un abrazo

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