Poema de Roberto Reséndiz Carmona
Días azules
Me gusta que los niños griten consignas socialistas
que las mujeres pelirrojas
pasen al frente de la iglesia peregrina
los días azules, las doncellas de negro,
un campanario tañendo para nadie.
Puedo esperar en las rocas, cuatrocientos kilómetros de
tedio
beber ocho copas de hierbas con los ojos cerrados
jugar al solitario, ser un paria vestido de blanco
con una begonia entre los brazos.
Me gusta no saber si es martes o domingo
tirar las cartas, leer los dedos de las manos,
ser paciente enfermo de derrotas
caminar a oscuras en estaciones de abordaje
en donde nadie vende billete al paraíso.
Me gusta no saber si la mañana tendrá corpiños de seda
condensar ocho horas de espera en la terminal catorce
pasar “Entre Lusco e Fusco”
entorpecer palabras, perder el sentido,
despertar en cualquier hostal de caminante.
Me gustan las mujeres desnudas con tatuaje en los tobillos
flotar entre pétalos naranjas
vivir como loco, arrastrar carruajes del siglo diecisiete,
morder el polvo, el cascarón que duele todavía.
Me gusta cruzar los puentes de las ciudades congeladas
el secreto musical del albedrío
las huellas de las piernas cálidas
correr, sentarme, extraviar el boleto de vuelta,
las páginas del diario de mañana.
Me gusta regresar al mar, encontrar, la piedra que faltaba…
© Roberto Reséndiz Carmona
7 comentarios:
Te gusta vivir Roberto, me encantó el poema!
Me gusta tu poema.Muy bellos los versos finales.
roberto querido: me gusta encontrarte y pensar en las piedras, ese regalo que siempre sugerís, ese lugar fundante. enorme abrazo!! ana guillot
Roberto trazar todas las diagonales de la vida y andar en esa aventura es lo más bello!...
Alguien ha dicho que la vida es una aventura que merece ser vivida y esto plantea tu poema ...entonces a la aventura!...
NUNCA OLVIDO TU PASO POR MI TIEMPO!..."NOS ESTAMOS VIENDO!... LIDIA CARRIZO"
Muy intenso el poema no saber si la mañana tendra corpiños de seda y al final esa sensación puesta en una de que al mar le falta una piedra o a nosotros el mar
Muy intenso el poema no saber si la mañana tendra corpiños de seda y al final esa sensación puesta en una de que al mar le falta una piedra o a nosotros el mar
Un poema colmado de palabras que sorprenden, inesperados vericuetos por los que nos lleva el autor con verdadera maestría poética.
Muy bueno
Susana Giraudo
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