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Poema de Miguel Oyarzábal


HISTORIA

              a Miguel Ángel Riquelme 

La muerte transcurre, cotidiana
y parece ajena,
hasta que, vertical, toca cercanías
y la piel se derrumba.
El pensamiento es un reloj de arena
y yo también devastaré otras pieles.
El amigo habla fugazmente de sí mismo
y se abre el pecho.
Y yo pregunto.
Y no tengo respuesta.


© Miguel Oyarzábal

8 comentarios:

  1. Breve, contundente poema. Recorro contigo el mismo sentimiento.
    Saludos.

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  2. Bello poema como todo lo que escribe Miguel, muy justo en el justo momento como el reloj de arena..tiempo fugaz sin repuestas..
    abrazos enormes
    S.Roberts

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  3. Las muertes, las repuestas que no tenemos y ¡qué bellamente dicho!, Miguel
    Un abrazo
    Betty

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  4. jorgepablomoreno.5 de junio de 2014, 5:27

    Contundente, la muerte y transcurso sin respuestas. Felicidades.

    JORGE PABLO MORENO.

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  5. Miguel: me encanta leerte. Este poema tremendamente humano me conmovió hasta las lágrimas.

    Un abrazo,

    Alicia Márquez

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  6. Así es este pasaje preguntas y preguntas que no tiene respuesta. Excelente poema.
    Abrazos
    Elisabet

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  7. Felicitaciones a poeta e ilustrador, lo sutil sabe ser contundente.

    Claudio Simiz

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  8. Nunca habrá respuestas para las muertes cercanas. Bravo.

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