Poema de Daniel Martínez
No he escrito un miserable poema
hay que vivir para eso dicen algunos
pienso entonces una tarde en Venecia
los ojos verdes de una tarde de Venecia
(allí también estuve preso)
las ruinas del mundo
el ágora griego la
ciudad de los césares
pirámides iluminadas en la escenografía del desierto
o las veces que dormí
en hoteles baratos de calles desconocidas
en el Titicaca miré los astros
desde una isla de totora cantando con los indios
en Chile en Isla Negra
comí un pezsapo alimentado de crustáceos
su piel rosada como fruta de marzo
fui un sobreviviente de mí buscando lejanías
pero no quiero
ni un poema decente que hable del milagro
ni paradojas del infinito
o sutilezas de la matemática
ni límites de la luz
me fue negada la belleza de la exactitud
tampoco mi albatros ayuda
ni haber bebido la copa de hastío
del traficante de armas de Abisinia
no hay huesos de lluvia de Vallejo
no seré marinero ni de agua ni de tierra
mis heterónimos descansan
cae a pedazos este domingo
entre palabras que vuelan por el cielo raso
debería escribir un poema
hoy que es enero 2013
y sobrevivimos a las predicciones
del calendario maya
busco una señal
me sienta bien el traje de otoño
pero el camino de hojas va a la fiesta equivocada
abro entonces las ventanas
respiro el aire que me toca ahora sí
ahora
no escribir ningún poema
viejo monje Leonard Cohen
solo escuchar una canción tuya
que ilumine como plegaria
y dejar esto en manos de especialistas
© Daniel Martínez
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