4/5/14

Poema de Mariano Shifman


SONETO DEL HUMILLADO

Desdén, diaria fatiga, el vituperio
de acatar una voz porque se eleva;
rendir la endeble espalda en que se prueba
el tenso látigo de cada imperio.

Como si nada. Como si el criterio
que recluta a los siervos de la gleba
fuese divino. Ya no me subleva
ni el silencio de Dios, el gran misterio.

Quien me demanda cuenta con su ofrenda:
Dios son los otros, hasta nuevo aviso;
les basta el apetito o el alarde.

Yo, desconozco aún lo que preciso:
si olvidar, no olvidar, que Alguien comprenda,
o sentir que mi llama también arde.

   © Mariano Shifman

6 comentarios:

Anonymous jorgepablomoreno. ha dicho...

Soneto profundo, áspero y existencial. Un soneto reflexivo y ácido que confluye en su misterio. Felicidades.

JORGE PABLO MORENO.

5 de mayo de 2014, 4:56  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un poema... un soneto... un estilo.
abrazo poeta.


Cynthia Rascovsky

7 de mayo de 2014, 10:24  
Blogger Anamaria Mayol ha dicho...

Bueno y profundamente filosófico Gracias

9 de mayo de 2014, 10:07  
Blogger Marta Ortiz ha dicho...

durísimo tema, la humillación al límite de su propia posibilidad: "Ya no me subleva ni el silencio de Dios"...muy bueno, Mariano!

Marta Ortiz

9 de mayo de 2014, 20:53  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy bueno tu soneto, Mariano. Un reclamo de justicia, un llamado a Alguien, la soledad del desamparo.
Un abrazo ,
Amalia M. Abaria

25 de mayo de 2014, 9:55  
Anonymous Beatriz Minichillo ha dicho...

Un juego entre el soneto y la palabra y un significado profundo
Bello soneto

26 de mayo de 2014, 16:32  

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