9/4/14

Poema de Lidia Cristina Carrizo



Hacia la vida…

                       “..Yo no quiero que hable. 
                           Yo no quiero que hable,                            

                            Sobre el silencio éste, 
                            ¡qué ofensa la palabra!” 
                                         Juana de Ibarbourou                  

  
El asombro en la emoción sublime 
salen de tu rostro, tus ojos. Palabras. 
Las preguntas que no hice a tiempo. 
Artos de no decirnos, cerrar puertas, 
Cuando fuiste volando hacia la vida 

¿Nos importa que dejemos de amar, 
y reflejemos cierto brillo, preguntar 
cuándo y por qué, ese cambio confuso, 
con los ojos húmedos, borrando nitidez, 
 te extravíes así, temblando en mi piel? 

Intentar borrar viejas huellas pasadas, 
mientras me haces el amor, sin saber, 
que no sé tu nombre, y supe entonces, 
que nunca seríamos felices y tus ojos, 
lo decían con reflejos desesperados de 
los míos, entendí entonces, que así, no 
debíamos mentirnos, aunque los rostros 
confundan y el pasado va hacia la vida. 

No es fácil descubrirse, recomponerse 
el alma herida, al amanecer ser la otra, 
de labios dulces y complacientes, así, 
cuando la luna caiga inocente, te ame 
florecida, como amor de último verano. 

Estremecernos aún por las cosas plenas de ternura, 
Por soñar en blanco y negro, ser apenas maravilla!. 

Y nos creíamos tan absolutos, dueños del amor! 
Desnudos, nos vestimos de los mismos espejos, 
nos asombramos de gozar las simplezas diarias, 
y amándonos en pequeños remolinos inocentes, 
como hojas libres, creciendo felices en el amor!

Pero…te fuiste libre más allá.. hacia  la vida! 



© Lidia Cristina Carrizo

4 comentarios:

Blogger www.elmarquellevoadentro.blogspot..com ha dicho...

Hermoso Lidia.... me encanta leerte!!! Besos Sonia DEl Papa Ferraro

10 de abril de 2014, 17:42  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Lidia, un autentico poema de amor, exento de erotismo, un poema de amor puro, de amor que fué, no es solo un poema de amor sino de la condición humana, cambiante, agotada,un muy bello poema que inspira respeto, pleno de imágenes bellísimas de amor,que va en un crscendo emocional culminando en esa maravillosa estrofa final "y nos críamos tan absolutos dueños del amor" "amandonos en pequeños remolinos inocentes, como hojas libre"
Bellísimo
Ignacio

11 de abril de 2014, 15:33  
Anonymous Anónimo ha dicho...



Amor por los cuatro costados del poema. Bello.

Un abrazo,

Alicia Márquez

17 de abril de 2014, 19:58  
Blogger graciela barbero ha dicho...

Profundo amor, aut,entico.
Muy bello
Graciela Barbero

20 de abril de 2014, 21:03  

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