26/3/14

Prosa de Paulina Juszko



                Sobre mis viejas huellas entre eucaliptos, álamos y pinos. La calle Estrasburgo es una montaña rusa que me conduce a él.
                Ya lo oigo suspirar, gemir, sollozar. Chico caprichoso que se aburrió del mismo juego: siempre rompiendo con estrépito, removiendo la arena, lamiendo la playa, acarreando caracoles. Cansado, harto, basta.
                Quisiera adormecerse en pileta mediterránea, entregarse hasta el fondo en transparencias caribeñas. Dejar de lado la rudeza y jugar a la mamá, la mer-mère, ser cálido, envolvente, sensual…


© Paulina Juszko

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Paulina, me gusta mucho tu poema por la manera nostalgica de hablar del mar, y me gusta esa mención del mar como figura femenina, que es mamá, que envuelve y arrulla. Felicidades.

CARMEN AMATO

31 de marzo de 2014, 0:49  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Paulina, me gusta mucho tu poema por la manera nostalgica de hablar del mar, y me gusta esa mención del mar como figura femenina, que es mamá, que envuelve y arrulla. Felicidades.

CARMEN AMATO

31 de marzo de 2014, 0:49  
Anonymous Sonia Quevedo ha dicho...

El mensaje es claro y sugestivo, las imágenes preciosas .Qué buena prosa.

Sonia

2 de junio de 2014, 16:09  

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