BATALLAS
Los mismos demonios que nos unen
son aquellos que ahora devastan
la memoria, su quejido profundo
quedó pegado aquí, en las entrañas.
Jugabas con las lunas y tristes tigres
vano intento por reconciliarte
con los jardines de la infancia
donde nadie te nombra.
Yerras al buscar
las sombras de azogue
los lamentos de casa
las bisagras mohosas,
los recuerdos volcaron su furia.
Otra batalla perdida sin lidiar
lo dijo el profeta.
© David Rosales Aragón
Más del autor en el blog inicial:
Este poema, tan enigmático, se abre a múltiples lecturas, en que las batallas, las bisagras, el profeta, adquieren diferentes significaciones. Me conmovió especialmente eso de "intentar reconciliarse con los jardines de la infancia donde nadie te nombra". El pasado ya pasó, y no es posible modificarlo, aunque sí se puede mirarlo con otros ojos, para resignificarlo. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarDavid Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarPoema singular y conmovedor. Un abrazo