si me piden un poema con literatura
antes de resucitar en la camisa de fuerza
contagiada con terrible mordedura
me confieso sorda de visión y muda de ojos.
tal vez el bicho de un vocablo me picó
hace apenas una vida
y un desboque de pandemias me ha librado
de peores consecuencias.
he agotado el reuma del zapato,
y el ojo de las manos pide a gritos
espejuelos enguantados para hacer literatura.
el cuerpo, ya cansado de mi enojo,
busca en la mantilla de café,
un lapso para cobijar al sueño:
triste bicho sin hogar
que aprendió a vivir sin mí.
sólo queda aquello que no soy
descansado el carcañal de la escritura
-a espaldas de todos mis dolores-
sin cabida en el sarcófago de la existencia.
antes de resucitar en la camisa de fuerza
contagiada con terrible mordedura
me confieso sorda de visión y muda de ojos.
tal vez el bicho de un vocablo me picó
hace apenas una vida
y un desboque de pandemias me ha librado
de peores consecuencias.
he agotado el reuma del zapato,
y el ojo de las manos pide a gritos
espejuelos enguantados para hacer literatura.
el cuerpo, ya cansado de mi enojo,
busca en la mantilla de café,
un lapso para cobijar al sueño:
triste bicho sin hogar
que aprendió a vivir sin mí.
sólo queda aquello que no soy
descansado el carcañal de la escritura
-a espaldas de todos mis dolores-
sin cabida en el sarcófago de la existencia.
© María Eugenia Caseiro
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