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13/8/13

Poema de Rubén Vedovaldi



SENCILLOS Y A SOLA FIRMA

Mis versos son besos presos,
pesos de valor incierto,
vento que se lleva el viento;
plata que alumbrando mata,
un talego de ducados
dinero cuando te quiero
centavitos infinitos,
guita juntada a puchitos,
un tocazo si te abrazo,
vil metal si llegan mal.

Son mis versos un caudal
de preciosa aguamarina;
circulante y rica mina
oro que lloro en sonrisas;
un cantero de divisas,
una bolsa de doblones
fina tela y patacones
que brotan en cornucopia
del centro de la alcancía
sin fondo del alma mía.

Palo verde de poesía
florezco cuando me toca
y suelto la mosca loca
de papel algarabía.
Chaucha, níquel, numerario;
morlacos en efectivo,
emolumentos y activo
ludibrio de libro diario.
Ningún mercado cambiario
cotiza más en el día.

Mar de amor maravedí.
Gambas, monedas de troca,
sal de un salario bicoca,
chirola que apenas ví.
Mango que viene del fango,
transpirado dineral..
Numismático real,
biyuya que te chamuya,
mi palabra es toda tuya,
urgente letra de cambio,
desembolso que te arrulla.

Entrega que no se entrega,
bolsa que no se hace bolsa
y rinde que no se rinde
Tejo que al canto manejo;
de la galera conejo.
Lucas, pecado y pecunio,
de afortunado infortunio.
Escudo, pelas, reales.
Friolera que ni se oliera,
mi verso es verde por fuera
y un sol de sangre en el centro.

Mi verso es un universo,
pañuelo azul del bolsillo,
billete en valor sencillo,
óbolo o contribución
con firma del corazón.
Fangote que va por dote,
ponchada de casi nada.
¿Luises, dracmas o florines?
¿Onzas, doblones, denario?
Una miseria en la feria
fina finanza en la transa,
peso cero en la balanza.

Ya lo cobres en contante
o te llegue en triste cuota,
mi verso es la más remota
canción del amor amante.
Leña seca en crudo invierno,
aire fresco del verano;
dame tu preciosa mano,
dame tu mano, preciosa,
yo soy tu banco fraterno;

lo demás importa un cuerno!


© Rubén VEDOVALDI

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