Te asombra que los
otros pasen
a tu lado y no sepan, cuando tú
pasas junto a tantos
y no sabes?
C.P. l7 de agosto de l950.
Diario.
Entre tus fauces
Río
de lomo azul donde navego
con
la cabeza otra vez contra
la
orilla, devuélveme el resuello
y
el talle que he tenido entre tus fauces;
y
esta memoria que se lo come todo,
llévatela.
Aquella niña calando
sandía
en el patio y los amargos
granados
abiertos, diamantes
de
azúcar, llévatelos. Llévate también
a
ese hombre de cejas espesas
y
mirada viva que me ha mirado tanto.
Llévate
los días, y el recuerdo
de
los días, y la tarde en que se fueron,
y
el abrazo. Muchas veces Caronte
me
pidió que entregara la dádiva,
y
yo la di, y los subí a la barca,
y
los empujé hacia el agua
que
hace sombra.Vuelve siempre
un
camino de cipreses y el crujido
de
mis pasos en la arena. Vuelven
los
que trazan la huella de los días
y
reclaman: Mira hacia arriba.
Y
yo por el cielo,huérfana, buscando
el
Caprino, los Gemelos, un recuerdo
de
agua azul sin alimañas. Mira
hacia
arriba, dicen, y yo en tus fauces
otra
vez, contra la orilla.
© María Teresa Andruetto
¡Como me gusta tu poesía Maria Teresa! Gracias por compartirla
ResponderEliminar¡Me encantó tu poema, Ma. Teresa!
ResponderEliminarDesde el epígrafe hasta el último verso y esa sutil intertextualidad con las páginas de Virgilio... todo una maravilla pero por destacar algo me quedo con "Llévate los días, y el recuerdo de los días..."
Una fiesta leerte.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
Espectacular.
ResponderEliminarEspectacular.
Alicia Perrig
realmente un aprendizaje leer tus poemas
ResponderEliminarsaludos
Anahí D.Bezoz
Precioso poema, lleno de tu tipica humanidad.
ResponderEliminarUn poema que estremece, con un atractivo que inquieta: la barca, Caronte que se lleva hasta el recuerdo, la dádiva que hay que dar y nos quedamos mirando el cielo para ver si divisamos algo querido. Profundamente tocada por el poema, te saludo, poeta.
ResponderEliminarUn abrazo en la poesía.
María Julia Druille
Muy bello y doloroso María, gracias por compartir
ResponderEliminarTu poema tiene el sutil encanto de los ríos.
ResponderEliminarguau! delicioso! me dejó sin aire... ese ritmo casi acelerado... y tu cabeza contra la orilla!!!
ResponderEliminargracias, francisco