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24/7/13

Poema de Amalia Mercedes Abaria


EL MUSGO Y LA CALMA 

Solo, en la penumbra,
el sobreviviente del mar
tiende su planicie verde
sobre la larga pétrea
y descansa. 

Cómodo en el muro
instala sus vegetaciones
de orden
y constancia
y como el antiguo reptil
que lo horadaba,
ama la húmeda
colonia de la sombra. 

En espera silente,
busca en el cielo
al ángel de la lluvia
y su médula seca, entonces,
bebe el diminuto manantial
pasivamente. 

Es bueno sentir
su presencia
compañía de la calma
y el silencio. 

Pisadas ausentes
lastiman a veces,
ese pequeño gran mundo
esparcido 

o un caballo roza
también la frágil, fina capa
de verde, verde musgo
¿Hay lágrimas? 

Todos hemos pisado,
alguna vez
el tendido musgo,
nuestra calma.
 

© Amalia Mercedes Abaria

2 comentarios:

  1. Gracias por recordar este hermoso
    poema, siempre la relectura vigoriza la percepción de la poesía.
    Y en este caso también aumenta el respeto y la percepción del musgo como un ser vivo.
    Felicitaciones Amalia
    Ignacio

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  2. Mientras lo leía sentí una dulce placidez, gracias por compartirlo.
    Abrazos
    Betty

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