Ella mira la casa
estira el brazo
y pinta una hoja de acacia
sobre el musgo de aquella pared.
Las paredes de intemperie
rara vez
reciben miradas detenidas
en sus frentes.
Han de cifrar
espacios de piedra
cuando se vuelven
eternamente voluptuosas
impresionistas.
(Lo contrario
las desmorona.)
A lo largo de los años
las paredes alcanzan
esbozos de memoria.
Ningún exceso de lluvias
presiente oscuridades
o acaso
insoportables sumisiones.
(La casa está en pie.
Ella alguna vez
se sintió niña
en esa casa.)
A
Hebe Roemmers
© Lidia Vinciguerra
Ella es parte de la casa .
ResponderEliminarEs eso.
Muy bueno, como de costumbre.
Besos
Bello Lidi
ResponderEliminarespecial como todo lo tuyo//
desde Graciela abrazo
Sí, querida Lidia... "la casa está en pie", y el POEMA recorre distancias interiores, anda un poco por la vida, pero se recoge en ese lugar precioso de tu corazón y a la vez, aquilata el recuerdo. Es siempre... BELLÍSIMO este poema y... el leerte. Abrazo! Cecilia Glanzmann
ResponderEliminarLidia, dulce nostálgia de la casa paterna, la infancia que sigue jugando a las escondidas en sus cuartos.
ResponderEliminarEs como el caracol que lleva a cuestas su casa.
ResponderEliminarW.M