Agua color cielo despejado
también llamada de Alibour
Los cristales turquesa de las sales del cobre
y los blancos de las del cinc
esperaban los golpes que en el mortero
los reducirían a fino polvo
sería entonces mayor su superficie de contacto
al diluirse en el agua y vestirla de azul.
Después
se agregaría el alcanfor,
disuelto a último momento
en un apenas de alcohol,
como se perfuma una mujer
antes de salir.
Entonces
el agua del color de los ojos amados
propondría un modo de alejar las infecciones.
Todavía recuerdo el momento en que el blanco alcanfor
se dispersaba
sobre ese color azul
como cuando una buena idea nos sorprende
cambiando el destino de un día aciago.
Virtud del Mago que combina los elementos del universo
y en lo magistral de su acto
revela ese otro orden Real.
© Marizel Estonllo
_el agua que nos curaba los ojos resultó ser del color de los ojos de tu amado, química y misterio para esa mirada suya.ME gusta. Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMe encantó tu poema, Marizel. Propone una mirada de alquimista que no está nada mal para ir mirando el mundo con otros ojos. Precioso. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarUn poema estupendo dentro de un libro excepcional. Abrazo, PAOLANTONIO
ResponderEliminarno se qué alquimia promueve este poema pero evocar el color de los ojos de la amada y mencionar el Alibour, ya es un gran acierto: no pueden ser de otro color si los quiero etereos, alados, de agua viva.
ResponderEliminarestá regio
Walter Mondragón
gracias por sus comentarios ,me alegra mucho que les haya gustado.
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