28/5/13

Prosa de Paulina Juszko

           

        Sobre mis viejas huellas entre eucaliptos, álamos y pinos. La calle Estrasburgo es una montaña rusa que me conduce a él.
      Ya lo oigo suspirar, gemir, sollozar. Chico caprichoso que se aburrió del mismo juego: siempre rompiendo con estrépito, removiendo la arena, lamiendo la playa, acarreando caracoles. Cansado, harto, basta.
      Quisiera adormecerse en pileta mediterránea, entregarse hasta el fondo en transparencias caribeñas. Dejar de lado la rudeza y jugar a la mamá, la mer-mère, ser cálido, envolvente, sensual…

© Paulina Juszko

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2 comentarios:

Blogger Liliana ha dicho...

Hermosa metáfora para nombrar lo que se oculta.

2 de junio de 2013, 9:44  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Jugar a la mamá!!
Lo que mas disfruté en esta vida!!
Cariños

16 de junio de 2013, 0:42  

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