Poema de Olga Liliana Reinoso
DESTINO
para buscar respuestas que se persiguen desde el momento de nacer.
Pero el poema se vale del ardid de las palabras
y en lugar de respuestas
multiplica preguntas
las hace más hondas, más herméticas, más extensas.
Escribir un poema es como el deseo
no se puede extinguir, no tiene un final
porque si esto ocurre sobreviene la muerte.
Sin embargo, hay intervalos entre un poema y otro
y uno en su tremenda ignorancia
cree que sigue viviendo
cuando en realidad únicamente vive cuando escribe
y el tiempo infértil es sólo frases inconclusas
ideas que se alargan en eutanásicos puntos suspensivos.
Algo como una tregua
como una segunda oportunidad de duración efímera.
Uno, afortunadamente, está condenado de por vida
a someterse al pulmotor de un verso
y aunque a veces se distraiga o suponga
que es libre de respirar el aire en prosa
pronto comprenderá que la única libertad a la que accede
está en la incógnita fatal de la poesía.
©
Olga Liliana Reinoso
5 comentarios:
bellísimo, y si, a veces pasamos por varias treguas, frases inconclusas y nos sostiene el " pulmotor" de un próximo verso. una gran verdad tu poesia. susana zazzetti.
Hermoso poema Olga, ¿Y si la muerte fuera la verdadera poesía? Bueno ya que estamos revelando todas esas preguntas que no parecen tener respuesta Un abrazo Olga!
Me encantó la imagen del pulmotor.
Beso.
este poema no da treguas Liliana, un gusto leerte.
Muy bueno este poema que no cesará sino con la gran tregua que es la muerte, Lili.
abrazo, Marta Ortiz
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